MORINGA EN INVIERNO
Los días se hacen más cortos y las noches son más largas. Las temperaturas son frías y disfrutamos de menos horas de sol. Huele a castañas asadas y el espíritu navideño se va apoderando de nosotros, nos apetece más quedarnos en casa, tardamos en entrar en calor, las terrazas de los bares se ven más vacías, los parques suelen amanecer con rocío o incluso heladas, sacamos nuestro arsenal de lanas (guantes, gorros, bufandas) y agradecemos las duchas de agua caliente. No hay duda, ha llegado el solsticio de invierno.
La estación más fría del año puede afectar a nuestra salud, tanto mental como física. Los meses de diciembre, enero y febrero son los más propicios para la propagación de una gran variedad de enfermedades y trastornos. Veamos cuáles son y cómo podemos hacerles frente, gracias a las magníficas propiedades y la multitud de beneficios que nos aporta el consumo regular de moringa oleífera.
- Alteración de las vías respiratorias: gripe, catarros, resfriados, bronquitis, faringitis… el consumo de moringa ayuda a fortalecer el sistema inmunológico y por lo tanto aumenta nuestras defensas, por lo que es especialmente relevante para la prevención de estas enfermedades. Aun así, en caso de contagio, la moringa está indicada para contrarrestar estos síntomas de las mucosas respiratorias, ya que tiene propiedades antiinflamatorias.
- Elevación de la presión arterial: en invierno, el frío exterior hace que el corazón deba esforzarse más para conservar el calor corporal, por lo que se producen alteraciones cardiacas. El consumo de moringa sirve como prevención ya que ayuda a controlar la presión arterial.
- Problemas de piel: en la temporada invernal, la piel sufre debido a las bajas temperaturas, el gélido viento y las calefacciones. Además, el frío reseca las mucosas. Esto puede hacer que aparezcan algunas alteraciones cutáneas como dermatitis atópica, psoriasis o incluso sabañones. La moringa tiene propiedades humectantes e hidratantes para la piel, por lo que con su consumo podremos prevenir muchos problemas dermatológicos.
- Aumento de la sensación de tristeza y apatía: en invierno parece que todo nos da más pereza y que nos sentimos más abatidos. Esto se debe a una menor intensidad de la luz del día, que nos influye en nuestros ritmos circadianos, haciendo que sintamos una alteración afectiva estacional. La moringa puede ser un gran aliado para combatirla, ya que nos aporta mucha energía y vigor, sin experimentar el nerviosismo de la cafeína.
En esta época invernal, desde Benatury, recomendamos poner especial atención a una correcta alimentación, complementada con un consumo regular y controlado de moringa oleífera 100% ecológica. Las infusiones calientes preparadas con hoja seca de moringa son la opción perfecta para estos meses.